domingo, abril 23, 2006

Hombres anónimos

Mi trabajo no me gusta, por no decir que lo odio. Pero, algunas veces me entretengo, sobretodo aquellas cuando tengo que encuestar a hombres. En alguna que otra ocasión me han tirado un poco de onda, hasta hubo quienes se animaron a invitarme a tomar un café, pero obviamente nunca acepté tal convite porque esos nunca me interesan. Me gustan los que me llaman por mi nombre, los que no son babosos, los apáticos pero amables, los de treintaypico, los que se ríen buscando complicidad del otro lado cuando hago una pregunta muy tonta, los que me dicen "como no" cuando les pregunto si puedo contar con su opinión, y aquellos que finalmente luego de la encuesta dicen chau y no piden mi teléfono ni mail ni nada . Estos días me "enamoré" de unos cuantos hombres mientras me hablaban sobre el varietal de los vinos finos, pero todos se perdieron en una base de datos gigante luego de cortar conmigo por telefóno. Mejor me pongo una hotline, no?

1 comentario:

Unknown dijo...

A mí me pasa eso con las encuestadoras. Que cuando cedo a una encuesta (una vez cada muerte de obispo) trato de hacer bromas con las preguntontas que les tocan hacer... para amenizar el rato, nomás.
Porque cuando me dijeron:
-¿Sexo?
¿Esta me pregunta en serio? Contesto:
-...mientras se pueda!