sábado, enero 21, 2006

Hubo un tiempo que fue hermoso...

Sábado, día libre, día corto, noche larga?. Antes sí, en mi adolescencia: La negra ( la que estaba en barrio norte), bares de Castelar, Ramos, después tuve una época medio dark, medio electrónica, medio alterna, y frecuentábamos Réquiem, Big one; luego fui más pop: Podestá, Pop city, Salón Pueyrredón. Ahora que escucho cualquier música, que tranquilamente podría ser calificada de aburrida, la noche transcurre en casa de amigos o directamente me dedico a “caserear” o sea: zapping, pizza delivery, y a dormir temprano con la sensación de que el tiempo pasa… y nos vamos poniendo viejos ( y no tecnos). Sí, es cierto, ya no tengo los 17 cuando iba a La negra o los 20 cuando recorría el bajo con amigas en busca de pistas ochentonas pero también es cierto que ya no hay lugares. Antes por 3 o 5 mangos tenías más opciones que ahora; también recuerdo la primera vez que entré a Réquiem ( de Av. de mayo) y una amiga diciéndome “ mirá, mirá no hay salida de emergencia, se llega a caer una vela y morimos todos” “ ja, qué trágica” pensaba yo en ese momento. Después pasó lo de Cromagnon y me vino a la mente su comentario.
En fin, otro efecto Cromagnon excusaría yo para quedarme en casa mirando tele advirtiendo de que quedan pocos lugares públicos donde divertirse los fines de semana, al menos me salvo de caer en la triste frase “estoy hecha una vieja…”

Om*


E. a la espera de A.
* se ha dicho: paciencia

viernes, enero 13, 2006

Voto por el no

El 2005 fue el año más cinéfilo de mi vida, eso no significa que haya visto buenas películas. En mi top five de películas del año que se fue sin lugar a dudas está The edukators .Aquí abajo mi fundamento:
Si hay una imagen de la cual no puede zafar nuestra generación es aquella que nos muestra como jóvenes despolitizados, confundidos, sin ideales, perdidos en el limbo del consumismo atroz que hoy nos ofrece el capitalismo. Supongo que a muchos de nosotros nos molesta bastante cuando se define a nuestro tiempo como el del fin de las utopías, ya es bastante fastidioso el mero hecho de caracterizarnos por aquello que nos falta, por aquello que alguna vez generaciones precedentes tuvieron, por lo cual lucharon y ya se ha perdido.
Los edukadores son dos jóvenes alemanes que por las noches se introducen en las mansiones de millonarios cuando éstos están ausentes, sin el objetivo de robar, cambian de lugar sus objetos de lujo provocando un desorden amenazante al igual que los mensajes escritos que dejan a los dueños de esas propiedades. "Tus días de abundancia están contados" firma el dúo activista, pero la amenaza no es aquí de violencia sino que rige más bien en un orden simbólico; de esta manera buscan desestructurar el estilo de vida burgués de estas familias de la alta sociedad europea, e intentan hacerles un llamado de conciencia destruyendo ese mundo feliz en el que pretenden perpetuarse en sus barrios privados. Es como decirles "mientras ustedes están forrados en guita hay chicos que se mueren de hambre".
La película entre otras cosas nos muestra como aquellos sujetos pertenecientes a esa generación de los `60 que luchaban en contra del sistema por ejemplo en rebeliones estudiantiles como la de mayo del `68 han devenido actualmente en empresarios millonarios. Aquí se hace presente la "maldita" idea del fin de las ideologías que castiga tanto a los jóvenes protagonistas de esta película europea como a nuestra juventud "escéptica"
ubicada de este lado del mapa. Si bien es cierto que somos sociedades distintas y no se puede pensar a la juventud argentina emparentándola con la europea, principalmente porque nuestras condiciones materiales de existencia son bien diferentes; y más allá de que la imagen de las protestas antiglobalización del primer mundo se parezcan bastante a las que nos devuelve MTV con Bono Vox cantando con niños africanos en un escenario al estilo
LIVE 8 , hay ciertas cuestiones que no podemos dejar de pensar junto a estos veinteañeros alemanes. Yo al menos no puedo dejar de preguntarme si acaso el "aburguesamiento" es algo que nos llega a todos. Miremósnos sólo teniendo en cuenta nuestra condición de estudiantes, vamos a las marchas, repudiamos a Bush, etc pero llega un momento en el que nuestra mente hace click y comenzamos a preguntarnos "¿Qué estamos haciendo? ¿Sirve de algo todo esto? es decir ¿Hay algún cambio posible o simplemente todo lo que hacemos es para lavarnos de culpas o, en última instancia, para crear una imagen nuestra de jóvenes comprometidos? Piensen por un segundo en qué será de ustedes de acá a 20 años, a decir verdad todos nos proyectamos nuestra propia película, pero raro es que en nuestra primer imagen aparezca una sociedad donde todos vivamos con igualdad sin shoppings, Ronald Mc donalds y su cajita feliz, etc., seguramente lo primero que divisamos es nuestra felicidad individual, lo cual ¿está bien, está mal?. Bien, el egoísmo, la individualidad es característica fundamental de nuestra sociedad actual, rara vez nos importa el de al lado, la mayor de las veces ni registramos al otro; a mí me importa si consigo un buen trabajo, si mañana me recibo, si me espera un buen porvenir, ¡a ustedes no sé!. Acá es donde vale la pena detenernos para reflexionar sobre lo que queremos que realmente ocurra, es decir tomar conciencia del porqué de la lucha. Criticamos el orden imperante, criticamos la sociedad de consumo, pero todos somos agentes de esta sociedad, somos consumidores de Coca cola y de Clarín. Ya sé, no es fácil escaparse de las reglas que nos impone el capitalismo, no es simple encontrar el purismo de las cosas sumergidos en los tiempos donde reina el mercado, otra vez nos invade la misma pregunta "¿Cómo luchar?" ¿Qué es válido y que no?"
En realidad a esta altura ya me llegó la confusión, o sea que teniendo en cuenta mi estado poco claro de las cosas puedo afirmar sin problemas que soy una joven de estos tiempos. Pero tratando de despojar lo confuso y arriesgándome a que mis palabras pequen de cierto romanticismo creo que la cuestión está en mantener el espíritu. Las generaciones no son las mismas, los problemas quizás sí, seguramente sí , las miradas son distintas, el escepticismo se descubre en las miradas pero yo estoy observando más allá, en las ganas, en el entusiasmo cuando me doy vuelta y veo a mis pares o los de al lado peleando por causas justas. Como trata de decirnos "The edukators" las formas cambian acorde a los tiempos, pero las ideas son las que quedan. Lo importante es que ese click del que hablábamos nos llegue a todos en algún momento, lo importante es saber que podemos decir NO con convicciones, es claro que con algunos pequeños actos con dejo vanguardista como los que llevan a cabo los protagonistas de la película no se logre la revolución, pero tampoco podemos caer en el conformismo, en la comodidad, en todos esos valores burgueses que como "seres pensantes" decimos detestar. No sé por donde se comienza, a veces siento que nado en un mar de ideas huecas que no me llevan a ningún lado, pero insisto en que hay empezar por levantarse ante cualquier disconformismo por pequeño que sea, estoy a favor de decir NO en los pequeños actos de nuestra vida diaria.

martes, enero 10, 2006

all you need is love

Hace tres días que no tengo trabajo y ya empiezo a desesperarme. Hace un mes renové el contrato del alquiler y festejé mi medio año de independencia, ahora veo avisos y no me veo en ningún lado. Hoy caminé por la avenida corrientes, escuché cd´s que no me puedo comprar, miré libros que hoy no puedo tener y volví a casa pensando que no tengo todo lo que quiero pero acaso ¿todos los que me rodean tienen todo lo que quieren? No, obviamente no. Debería conformarme con lo que tengo, en fin, supongo que hoy tengo lo que necesito: mi casa ( alquilo pero bue), una pequeña terracita para tomar sol y leer diarios los domingos, y un par de cosas más.
Cuando llegué a casa vi una película muy tonta por cinecanal*, y avergonzada de mí misma casi me descubro llorando, mi estado tenía que ver con ese maldito final feliz de enamorados atontados, a la noche vi otra Monster en el mismo canal, a pesar de que el tema era más denso como marco infaltable había una historia de amor. A las 0.45 de mi cuarto día sin trabajo pienso que todo lo que necesito es amor.