En mi cuarto resonaba el famoso "dale, bo, dale bo" (proveniente de la cancha de Velez) mientras yo me disponía a leer las consignas de una monografía que ya debería tener por la mitad. Pero, mi cabeza estaba en cualquier lado menos en el tp. Me acosté en la cama, me tapé con la almohada y miré el reloj que marcaba las 17.30; seguí respirando debajo de la almohada, intentando huír --en vano-- del dolor de cabeza, del t.p, del domingo y de mí.
Ahora estoy en el cyber y veo a los hinchas de boca regodearse con el triunfo por Av. Rivadavia al 11.000. Algunos niños "se matan a tiros" en la red. Otros con menor pasión miran Argentinos -River por tyc. Y yo, me pongo los auriculares para no escuchar al comentarista del partido porque me deprime casi tanto como ver a Sofovich por televisión. En mi casilla de correo sólo tengo correo de personal de hotmail, en mis auriculares no suena ninguna melodía; todo indica que al regresar a casa voy a llorar. El "dale bo, dale bo" todavía hace eco en mis oídos y me traslada a viejos domingos, quizás a aquellos en los que mirar Fútbol de primera era divertido. En estos tiempos prefiero apagar la televisión, leer un poco y esperar que el día acabe.
2 comentarios:
hey!
Podés compartir esos domingos, o el día que caiga, conmigo.
Y solo penar, hablar o escribir de lo que salga.
Pensá que así y todo, debajo de la almohada, salen cosas increíbles. Vos adentro parece que sos una mina increíble. Y eso, a veces, se nos escapa y no nos damos cuenta.
saludos!
(msn o yahoo messenger)
Ok, gratziee!
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