lunes, agosto 28, 2006

...hoy...

Abstinente de psicoanalistas me autoanalizo casi frenéticamente durante las dos horas diarias que paso arriba del transporte público. Río, lloro, me contradigo, recurro a hechos para hacerme cargo solita de todos los pequeños grandes problemas que tantas veces me rinden. A duras penas saco algunas conclusiones para regresar con un cúmulo de preguntas sin respuestas al mismo sombrío lugar. Deseos pequeñosburgueses se desvanecen rápidamente cuando regreso a esa niña que fui, en parte soy y seré.
Ayer nos miramos a los ojos con mi sobrina, la vi tan grande y me sentí tan pequeña; en ese momento hubiera deseado volver a mi infancia pero para sentirme libre como cuando ella juega. Y si armamos un simulacro inmenso de felicidad, si dejo lugar a la ficción, necesito aislarme de algunas cosas cotidianas.

"Irse cerca, irse lejos
mudarse al mismo lugar
mudo ropa, mudo piel, palabra muda,
no me muevo si no tengo quién volver" Mudanza- Pequeña orquesta Reincidentes

5 comentarios:

María Petraccaro dijo...

Yo paso tres horas diarias (y a veces más) en el transporte público y he llegado a la conclusión que produce un exceso de pensamiento y de autoanálisis. ¿Solución? Tener algo para leer siempre. Al menos pensamos en lo que vamos leyendo. Y no tanto en nuestros pequeños grandes mambos.
Beso.

EmmaPeel dijo...

el viaje cotidiano, rutinario, el andar por las veredas de memoria, hace que te encuentres transitándote sin adornos, chocándote con vos mismo (como cuando se me ocurre perderme en Parque Chas)
Salu2 cordiales,

P.D. Emilie...algo que ver con la Brontë? (aunque sea con y)

yo dijo...

últimamente estoy muy en contra de pensar.

Emilie dijo...

Emma: emilie tiene que ver con que mi nombre.
Yo:hoy coincido con vos.
saludos

EmmaPeel dijo...

Despiértate Nena!! anda con fiaca que no postea?
Salu2 cordialísimos,