pequeños cambios

El instrumento musical suena a un julio pasado mientras este julio acaba con un montoncito de cosas que empujan al Cambio.

En menos de dos semanas pasé de la intranquilidad económica de no llegar a fin de mes a la comodidad que implica tener un sueldo fijo, de trabajar 6 horas diarias a estar 9 horas en una oficina, en definitiva de la inestabilidad a una suerte de estabilidad.

Todo se arma poco a poco aunque a la estabilidad presente yo le agrego sus propios "peros"; la única certeza de la fecha es que la libertad se siente cada vez más contradictoria.
El lunes di un final que preparé a las apuradas y luego de rendir y aprobar sentí una leve satisfacción, pero en ese momento no tuve demasiado tiempo para zambullirme en mis "ideas postfinales", corrí a tomar el colectivo para no llegar muy tarde a mi nuevo trabajo, y el ocuparme de que las cosas laborales me salieran bien me mantuvo "entretenida". Ahora que la semana termina la leve satisfacción del lunes se transforma casi en una insastifacción, será porque la profesión sigue estando entre paréntesis, y eso molesta más que el frío de este julio que finaliza.

Todo lo que permanece en el congelador del devenir me hace poner asi, sé perfectamente que todo puede acomodarse hasta volverse monótono, y eso es lo que molesta, la comodidad me asusta más que la incomodidad, y lo que más quiero de mi vida es lo que no se percibe, lo indistinguible me quita el sueño. En fin, los días se encaminan hacia el mañana distinto, pero yo sigo necesitando mucho de lo que hoy no está, y ese mucho siempre implica volver la mirada hacia atrás. La canción terminó, ¿Será hora de decir chau?.