martes, octubre 17, 2006

Expresión corporal

Anoche entre llantos, culpas y sufrimientos ajenos me dormí afiebrada. Hoy desperté con la espalda encorvada, y consciente de mis movimientos desganados caminé a la parada del colectivo con mis pies arrastrando resignación.
En el trabajo no pensé en nada que no fuera parte del trabajo ... bueno, algunos segundos me detuve ante esas brumas pasajeras, pero nada salió de ahí.
Cuando se hizo el fin de la jornada laboral tomé el subte "D", con una engañadora ansiedad me bajé en Callao y caminé en forma zig zag hasta Corrientes. Mi cuerpo se fue aflojando, aunque algo ingobernable seguía tironeándome, con ese aplomo más fú que fá y un deseo de pertenencia me dejé llevar por la ciudad . En mi andar no detuve mi mirada en las parejas transeúntes como ayer cuando te recorrí en ese paseo escapista-nostálgico- masoquista que me llevó de Plaza Francia a "La Academia". Hoy casi que no aparece el amor ni en su forma abstracta. La idea la aplasto con mis movimientos torpes. Paréntesis: Sí, soy torpe, además camino como si anduviera cansada y hablo como si estuviera triste; en estos últimos día la relación que establezco con mi cuerpo me va percatando de aquellas cosas que quisiera reparar en mí.
Me acerco a las librerías con la intención de regalarle un libro a mi sobrina de 6 años que vive en Estados Unidos; quiero un libro que le guste y que la motive a la lectura. Mientras busco qué libro comprarle me la imagino toda luz, brillante, eléctrica. Y al recordarla el día se llena de esa luz que devuelve la memoria y la imaginación, poco a poco mis manos, mi espalda, mis piernas se van sintiendo en armonía y me voy extrañando de ese ser que desperté esta mañana.
Esperando que la depresión post feriado cese.

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