Por la ventana de casa,
enfrente sólo se ven sombras.
En la puerta de un bar,
en donde ahora la gente fuma
y los que no fumamos nos rascamos la cabeza
y miramos el asfalto
en contraste al cielo,
veo amanecer en soledad.
Cuando llego a casa
me cepillo los dientes
y me tapo todo lo que puedo.
y me tapo todo lo que puedo.
Cada fin de semana
siento que duplico mi edad.
Pensar que todo es pasajero:
mi antídoto.
mi antídoto.
Duermo con el teléfono al lado
como utilería
de la tragedia.
Pienso, hago, llamo, lloro.
En un email enviado a un ex hablo del amor
en contraste a romperse la cabeza.
En un email no enviado hablo del amor
en oposición a planes y acuerdos.
Enfrente de casa
las sombras, piensan, hacen, llaman
y también lloran.