Cuando hay más “silencio” que nunca, como si eso estuviera sentenciando un final, este blog cumple un año. En verdad, hace unos días la posibilidad de despedirse era tan real como la de quedarse. Me decidí por la segunda, y pensé en un aniversario lleno de palabras, pero qué decirles, los silencios también significan, no?.
Esto nació como un deseo de definirme en un espacio que, por más virtual que sea, me pertenezca, en un momento donde todo aquello que me constituía se volvía contra mí, y nada de aquello creía que me constituía. En síntesis, la identidad que no se resuelve ni en el trabajo ni el estudio. Y acá la batalla se convirtió en una batalla conmigo misma.
Esto nació como un deseo de definirme en un espacio que, por más virtual que sea, me pertenezca, en un momento donde todo aquello que me constituía se volvía contra mí, y nada de aquello creía que me constituía. En síntesis, la identidad que no se resuelve ni en el trabajo ni el estudio. Y acá la batalla se convirtió en una batalla conmigo misma.
Hoy festejo con más optimismo que aquel que se deja ver en cada uno de los posts que componen este blog. Y festejo con cada uno de aquellos que leyeron, leen y seguirán leyendo "Despiértate nena".
